Descripción enviada por el equipo del proyecto. El nuevo Centro de Diseño de Shanghai EMG (SDI) ocupa 40 metros de largo por 7,5 metros de profundidad en un espacio rectangular, en el lado norte de la planta baja de un edificio industrial de 6 pisos pertenecientes a la Corporación de Automóviles de Shanghai, en un suburbio al norte de la ciudad. Difícilmente se podría asociar la tediosa hilera de edificios preexistentes a su nombre actual de "Centro de Diseño Industrial". La nueva posibilidad espacial se generó dentro de la estructura de paredes existentes. El arquitecto introdujo en el proyecto una conversación natural entre lo viejo y lo nuevo, entre lo virtual y lo real, inyectando el lugar sombrío con la versatilidad espacial para generar emociones, y la liberación mental necesaria para dejar fluir la imaginación. Eventualmente, todas estas cualidades son exhibidas al exterior a través de una gran vitrina, que cubre la fachada renovada del recinto.
Las diferentes funciones de los programas de SDI, están distribuidas en 2 zonas; El área pública de exposición en el primer piso y el área privada de oficinas. El salón de exposiciones tiene 6m de altura y 30m de longitud, lo que se denota a través de la gran vitrina, además de una sección delimitada por una barra de recepción al cliente bajo el altillo de las oficinas. Una sólida pared negra y curva divide el espacio público del privado, separando al mismo tiempo que interrelaciona ambos. La sección superior del muro se curva cuando cruza el área de la barra, y forma un salón de encuentro colgando sobre el área de espera, accesible tanto desde el sector de la barra como del de oficinas. La superficie de la pared curva se moldea variando entre cóncava y convexa esculpiendo varios puntos de exhibición, otorgando una percepción dinámica al espacio de exposición. Enfrentando la solidez de la pared negra, se proyecta una suave y curvada cortina de luz, fabricada con 413 tubos de PVC translúcidos, sinuosos, cercanos a la vitrina de la fachada generando de forma inadvertida una doble fachada hacia el exterior. El diálogo entre lleno y vacío, entre blanco y negro, y entre elementos estáticos y en movimiento, otorgan vida a este fondo de escenario gris y neutral. Colores y texturas trazadas en la mampostería, dan la nota alta a la puesta en escena.
La vitrina elevada de la fachada muestra de manera potente la escena exterior del edificio. La fachada acristalada se convierte en un gran espejo que refleja todo a su alrededor, iluminado por el sol, y la imagen se convierte en un retrato expuesto en altura por el edificio hacia la calle; cuando llega la oscuridad de la noche el “espejo” deja de reflejar y alcanza su transparencia presentando el interior del proyecto y su actividad a los transeúntes.